domingo, 16 de diciembre de 2007

Los vestigios colonialistas marcan la cumbre UE-África


Las relaciones entre África y Europa están marcadas por un pasado turbulento, y un presente dominado por la desigualdad económica, una inmigración fuera de control, así como la proliferación de conflictos armados y crisis humanitarias.
La Cumbre UE-África celebrada estos días en Lisboa tenía como objetivo acabar con ese pasado turbulento y abrir nuevas vías de negociación para cerrar los vestigios colonialistas en África y establecer una nueva relación más ordenada tanto política como económicamente. Una Cumbre marcada por la presencia del dictador Robert Mugabe, quien enturbió el inicio de este “acontecimiento histórico”. El líder zimbabuense acaparó toda la atención y provocó la ausencia del primer ministro británico, Gordon Brown.
De cara a la galería, la Cumbre pretendía ser el escenario de una serie de acuerdos que ayudarían al desarrollo del continente africano, como es el desarrollo de infraestructuras, el problema de la inmigración o los derechos humanos. Pero problemas como los acuerdos comerciales (que en un principio no estaban en la agenda de las cuestiones a tratar) han provocado el enfrentamiento de los líderes africanos y europeos. Enfrentamiento que tiene su origen en el colonialismo europeo en el continente africano.
La herida del colonialismo no ha cicatrizado aún (a pesar de lo que algunos líderes europeos quieran hacer ver), y según el líder libio, Muammar el Gaddafi, “ha llegado el momento de que los colonizadores indemnicen a los colonizados”, ya que “todos sabemos que los débiles también consiguen vengarse”.
Esta herida abierta ha marcado la Cumbre UE-África. Pero aún así se ha cerrado con buenas palabras, y una estrategia conjunta basada en ocho grandes asuntos, entre los que están la inmigración, los derechos humanos, el cambio climático o el comercio. Éste último asunto ha quedado “abierto”, ya que los países del continente africano se han negado a firmar los nuevos acuerdos de liberalización económica, para lo que piden “relaciones más justas y adaptadas a su economía”.
La pregunta ahora es ¿se trata en realidad de ayudar al desarrollo de África o por el contrario el objetivo es la creación de una “nueva política colonialista”, por parte de las grandes potencias europeas?
Hay que alejarse del espectro colonial, algo que la UE tiene especial interés en conseguir lo antes posible, no sólo porque es el mayor socio de África (lo que se puede considerar “la nueva política colonialista”), sino por la sombra de China, que en los últimos años ha quintuplicado su comercio con África.
Al margen del problema colonialista, hay algunos que no consideran que el problema de África se haya solucionado con la celebración de esta Cumbre. Según Plácido Micó, líder opositor ecuatoguineano, la Cumbre no ha abordado el principal problema africano, “la falta de democracia”. Según Micó, “la política de la UE hacia África se mueve entre el paternalismo y la ineficacia”. Para el principal opositor de Obiang, esta Cumbre no aborda el principal problema de los africanos. No basta con aportar dinero e infraestructuras, hay que educar al pueblo africano en la democracia, así como educarlo en la utilización de sus recursos.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Antonio Manfredi ofrece en Sanlúcar la Mayor su 1ª Charla sobre el Cambio Climático



El pasado 4 de diciembre, la Asociación por el Progreso y el Desarrollo de Sanlúcar la Mayor, ofreció en la Casa de la Cultura de la localidad una Charla-Coloquio sobre "El cambio climatológico: Una visión desde Sanlúcar".

El acto fue presentado por Manuel Suárez, presidente de APROSAN, quien dió la bienvenida a Antonio Manfredi, periodista y uno de los líderes de Al Gore. Vecino de Sanlúcar desde hace 14 años, Manfredi es el actual director de RTVA en Huelva. Fue uno de los 200 asistentes a las Jornadas sobre el Cambio Climático ofrecidas en Sevilla por el Premio Nobel de la Paz, el político y ecologista americano Al Gore. Los asistentes adquirieron, a cambio de ser formados por Al Gore, un compromiso formal de ofrecer diez charlas sobre el calentamiento global.

Como un compromiso personal, Antonio Manfredi ha elegido Sanlúcar como el primer destino para transmitir la importancia del problema medioambiental, ya que según él, "Sanlúcar juega un papel importante en el desarrollo sostenible", y muestra de ello es la instalación de la Planta Solar de Abengoa en la localidad sanluqueña.

Durante su exposición, el periodista hizo un recorrido por la historia y la geografía mundial, describiendo las consecuencias que el cambio climático puede traer en un futuro, que no tiene por qué ser inmediato, pero que tarde o temprano sufrirá la Humanidad. Según Manfredi, "el actual modelo de desarrollo no funciona, y serán nuestros nietos los que pagen". La concienciación de la sociedad debe ser nuestra prioridad, así como la búsqueda de soluciones.

Los sanluqueños participaron en el debate abierto tras la exposición, donde pudieron resolver sus dudas e inquietudes sobre el tema.

Todos coincidieron en la importancia que juega nuestra vida diaria, el cambio de los hábitos de vida, para conseguir reducir el impacto del medio ambiente. La concienciación de la sociedad como una de las principales soluciones.




sábado, 24 de noviembre de 2007

Las consecuencias del ¿Por qué no te callas?
La jornada de clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana fue el inicio de una crisis entre España y Venezuela. Han sido las tensiones ideológicas alimentadas desde hace años por el principal foco populista de América Latina, el liderado por Hugo Chávez, lo que ha desencadenado la disputa entre los dos países, también secundado por otros que se encuentran bajo el embrujo de la Venezuela bolivariana de Chávez. En esa jornada de clausura, el Rey Don Juan Carlos, una de las figuras más respetadas en la comunidad latinoamericana, se enfrentó al presidente “electo democráticamente” de Venezuela. Y tras él lo hizo nuestro Presidente del Gobierno, quien exigió al mandatario respeto a España y a quien años atrás gobernó nuestro país, José Mª Aznar (que más tarde ha agradecido a Zapatero el gesto).
Todos los medios de comunicación, españoles, iberoamericanos, y de todo el mundo, recogieron con amplia cobertura el “Pero, ¿por qué no te callas?” de nuestro monarca, así como las reacciones que la disputa ha suscitado en todos los rincones del mundo. El malestar de don Juan Carlos y la falta de respeto hacia Aznar, y con ello a España, junto al cinismo, el no saber escuchar y la bravuconería de Hugo Chávez, hicieron saltar de su asiento al monarca, que se marchó de la sala momentos después. Después le llegó el turno a Zapatero, quien puso a Chávez en su lugar, alegando que no iba a tolerar ninguna falta de respeto hacia su antecesor Aznar, ni hacia el pueblo español.
Ha pasado una semana, las reacciones han sido dispares, y la situación de crisis entre ambos países parecía ir cuesta arriba. Las declaraciones del presidente venezolano tras el altercado dejan mucho que desear, pues aunque no quiere “que esto se siga agravando, el Rey o el gobierno de España deben, de alguna manera, reconocer que fueron ellos los que fallaron”. Es decir, las relaciones entre ambos países deben seguir, pero alguien debe pedir disculpas al Señor Chávez.
Por otro lado, don Juan Carlos está seguro de lo que hizo porque se estaba atacando a España y ellos estaban allí en representación de todos los españoles, con lo que, aunque algunos vean “fuera de protocolo” su actitud, lo hizo en defensa de todos nosotros.
Al margen de las reacciones de los protagonistas del altercado, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha hecho las declaraciones necesarias respecto al incidente. Representantes del Partido Popular han pedido al Gobierno un gesto de firmeza, es decir, la llamada del Embajador español en Caracas, algo que Moratinos considera innecesario, pues la llamada de un embajador a consultas “es lo último de lo último” y con respecto a Hugo Chávez, añadió, “Me costará mucho hacerlo, aguantaré todo lo necesario”.
Tras una semana de incertidumbre, sin conocer a donde iban a ir a parar las relaciones entre España y Venezuela, parece que las aguas vuelven a su cauce. Si bien es cierto que ha habido declaraciones con un cariz fuerte, también lo es que en cierta manera, se ha intentado que todo quede en eso, declaraciones.
Al parecer la crisis está menguando, y los intereses económicos parecen ser mucho más importantes que cualquier enfrentamiento entre el Rey de España y el Presidente venezolano.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Blanco White, un periodista sevillano en Londres
La semana pasada asistí a las Jornadas Homenaje de Jose Mª Blanco White, periodista sevillano emigrado a Londres, que ha dado nombre al Salón de Actos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Reconozco que no sabía nada de la vida de este periodista hasta mi asistencia a estas jornadas, y al igual que me inicié en el tema, pues os doy la oportunidad de conocer algunas pinceladas de la vida y obra de Blanco White.

José María Blanco Crespo nació en Sevilla en 1775, proveniente de una familia de católicos irlandeses que emigraron a España huyendo de la intolerancia religiosa. Conocido por su sobrenombre de Blanco White (su padre tradujo su apellido, originariamente White, cuando llegó a España), la religión, la política y las emociones marcarían la vida de este periodista.
Era el mayor de cuatro hijos y se educó en el seno de una familia profundamente religiosa. Muy influido por su madre, declaró su vocación por el sacerdocio a los 12 años de edad. Si bien demostró su gran inteligencia durante su época de estudiante, su rápido y prometedor ascenso en la Iglesia no tardó en verse frenado por las dudas que acechaban a Blanco. Aunque era religioso, pronto se planteó algunas cuestiones dogmáticas, y poco a poco hasta la misma religión.
Obtuvo un permiso para viajar a Madrid, pero en 1808 España ya ha sido invadida por Napoleón y Blanco viaja de nuevo a Sevilla. Aunque sentía simpatía por los principios de la Revolución Francesa, no estaba de acuerdo con la invasión militar ni con las maniobras de Napoleón, con lo que regresa a Sevilla, que aún no había sido invadida. Es en Sevilla donde inicia su profesión periodística con la publicación del "Semanario Patriótico".
Blanco escribió poemas donde se hablaba de la independencia del poder político, y en el último número defendió los derechos de los lectores como una obligación del periodista. En primer lugar, los ciudadanos tienen derecho a estar informados de todo lo que acontece, y más aún en medio de una revolución, en plena reivindicación de las libertades del pueblo, en una transición entre el despotismo y el liberalismo. En 1809 las tropas francesas avanzan hacia el sur y Blanco tiene que huir a Cádiz. Allí se da cuenta de las dificultades que su país tiene para implantar las reformas que él considera tan necesarias. Esto lo lleva a salir de su España natal.
El historiador y biógrafo de Blanco White, Martin Murphy relató la llegada a Londres del periodista sevillano, haciendo alusión a la autobiografía de Blanco. En esta autobiografía Blanco habla sobre su soledad al llegar al Londres de finales del siglo XIX. La niebla, el frío que siente al llegar a una ciudad de la que más tarde se sentirá plenamente orgulloso, y que defenderá como muestra de civilización y cultura, de intelectualidad.
Llegó con muchos emigrantes como él, pero con muchas más ventajas que todos sus compatriotas, Blanco tenía contactos en Londres. En su autobiografía describe su llegada y su adaptación en el seno de una familia inglesa, quien lo ayudará más tarde a hacerse eco en la sociedad inglesa, así como en los círculos intelectuales y periodísticos de Londres.
Martin Murphy describió la estancia en Londres de Blanco, así como la correspondencia que éste mantenía con sus colegas españoles, a los que a través de cartas, que más tarde incluye en su autobiografía, relata su experiencia en su ciudad inglesa.
Durante su estancia en Inglaterra, Blanco comienza a publicar una revista política en lengua española: “El Español”, donde apoyará la alianza entre Inglaterra y la Junta contra Napoleón y se verá envuelto en una polémica sobre el destino de las colonias españolas en América. En un principio, Blanco defendía la autonomía de las colonias españolas en América, bajo una Corona renovada y liberal, pero con el tiempo, defenderá la total independencia de las colonias americanas, tras comprender la inutilidad de sus esfuerzos.
La información de la que disponía Blanco White fue decisiva para hacer de El Español un punto de referencia para los patriotas americanos, que en esos momentos necesitan una justificación y un apoyo moral, que encuentran en los escritos de nuestro periodista sevillano.
A lo largo de las Jornadas Homenaje a Blanco White se nos ha brindado la oportunidad de conocer a un español internacional, pero a la vez de un gran periodista que marcó una época en la historia de España. Un periodista comprometido con los derechos y las libertades de la España del siglo XIX, al igual que con las libertades de los colonos americanos.
Las conferencias ofrecidas por distintas personalidades, como el historiador Martin Murphy, el profesor Cascales o Antonio García Garnica y su conferencia sobre la publicación de El Español en Londres, han conseguido crear un retrato de este personaje, que nos traslada al siglo XIX.
Del mismo modo, nos obliga a plantearnos y a hacer una comparación entre el periodismo de la época, y el uso que periodistas como Blanco hacían de él, y el periodismo de hoy día. Aunque no se consigan las expectativas, Blanco acabó desilusionado con la Constitución de Cádiz, desde la profesión debemos luchar por nuestros ideales y por conseguir un mundo libre y sin intereses.

sábado, 13 de octubre de 2007

La pequeña Sunam, comprometida a los 3 años.

Es sábado y aún no he salido a comprar el periódico, por lo que he recurrido a la página web del diario El País. Las principales noticias de la mañana son Alicante, donde de nuevo las lluvias se han cobrado vidas humanas, Birmania e Irak. Pero mis ojos se han detenido en una noticia y mi indignación ha crecido por momentos.
Se trata de Sunam, una niña afgana de tres años a la que su familia ha comprometido con su primo Nieem, de siete años de edad. La pequeña no ha aprendido siquiera a hablar, pero ya está comprometida, para contraer matrimonio cuando cumpla 14 o 15 años. El límite para contraer matrimonio en Afganistán son 16 años para la mujer y 18 para el hombre.
Y todo esto por motivos culturales y religiosos, ¿pero se puede permitir que en el siglo XXI haya culturas que defiendan hechos como éste?
La pequeña Sunam fue ataviada con un vestido blanco de novia, y junto a su prometido, celebraron una fiesta de compromiso, a la que asistieron sus respectivas familias. Estas familias son en realidad la misma, ya que el padre de la pequeña es el hermano de la madre del chico. En Afganistán son frecuentes las bodas entre primos, ya que consideran que es mejor tener vínculos con la familia del consorte.
Los medios de comunicación hablan a diario de Irak, Afganistán y de todos aquellos lugares donde la guerra, unida a la muerte y la barbarie son ya habituales. Somos conscientes de las bombas que estallan, de las personas que mueren, pero no de la realidad cultural de estos lugares. No podemos destruir la cultura y la tradición de un país, o del conjunto de su población, pero tampoco podemos permitir que los derechos humanos de niños y mujeres sean arrastrados por el fango.
Son menores, que además de vivir en situaciones extremadas de pobreza y de guerra, se ven obligados a renunciar a su infancia, y a soportar situaciones como la de la pequeña Sunam. Se les está privando de los derechos que un menor español o de cualquier país occidental disfruta.
Y no se les priva únicamente de su infancia, también está en juego la dignidad de la mujer (otro aspecto indignante de algunas de estas culturas), ya que cuando llegue la hora del matrimonio, si éste no desemboca en un final feliz, el HOMBRE PUEDE ELEGIR a una segundo esposa. Si la mujer se niega, puede ser obligada a través de métodos violentos.
No se trata de ir en contra de una cultura o una religión, pero BASTA YA de ir en contra de los derechos humanos. Existen otros modos de alabar una cultura o religión, pero no permitamos la violación de los derechos de niños como la pequeña Sunam o su primo Nieem.

miércoles, 10 de octubre de 2007

¿Teleología o deontología?

Un debate suscitado en la clase de ética me ha incitado a iniciar mi blog con esta pequeña reflexión. Se trata de los principios éticos que deben regir nuestra profesión, ¿deben existir esos principios deontológicos, o por el contrario, debemos anteponer nuestros intereses, sin importar los medios que tengamos que utilizar?
¿El fin justifica los medios? Antes de aplicar esto a la profesión periodística, se puede aplicar a la vida cotidiana, donde el ser humano está continuamente ante ese interrogante. Toda persona tiene unos intereses, y en muchas ocasiones se ve ante circunstancias que le obligan a actuar de una determinada manera, incumpliendo los principios éticos a los que ha estado doblegado toda su vida. El problema es determinar hasta qué punto podemos llegar.
Siempre he pensado que los extremos nunca son buenos, por lo que el objetivo es alcanzar un término medio.
La teleología defiende que el fin justifica los medios, y ese fin es la consecución de un mundo perfecto donde la prioridad es el bienestar de los seres humanos. El punto negativo de esta teoría radica en los medios utilizados para conseguir ese fin. Para los teleologistas cualquier medio es bueno para conseguir lo que se proponen. Se rigen por un único principio, y ese es conseguir el bienestar de la humanidad.
¿Y quien no quiere conseguir un mundo perfecto? Para conseguir esto es necesario acabar con todo aquello que se interponga en nuestro camino, sea como sea. Pues bien, la deontología defiende que es necesaria la existencia de unos principios, para evitar que las acciones que no se rigan por principios morales, se conviertan en un círculo vicioso que no termine nunca.
En la profesión periodística es más difícil aún esta cuestión, ya que debemos cuestionarnos hasta donde podemos llegar en el ejercicio de nuestra profesión. El principal problema es que nos movemos en un mundo lleno de intereses, lo que nos condiciona en nuestro trabajo. Los medios de comunicación tienen un poder extremadamente peligroso sobre la sociedad, esto es, tienen capacidad para difundir y promover una serie de valores morales, pero también tienen la capacidad de contribuir a la destrucción de esos valores. Es por esto, por lo que el debate entre teleología y deontología puede ser fundamental para la materia periodística.
El periodista tiene la función de ofrecer información a la ciudadanía, pero también tiene en sus manos la denuncia de injusticias sociales, dar a conocer fraudes del terreno político y económico. El problema es que la sociedad de hoy en día está plagada de intereses que no permiten al periodista, ni a ningún ser humano, conseguir información tan fácilmente, algo tan necesario en el ámbito del periodismo.
Por lo tanto ¿teleología o deontología? La teleología es un extremo, y los extremos nunca son buenos. A lo mejor es cierto que valiéndonos de esos criterios, conseguiríamos crear un mundo sin injusticias.
El criterio a seguir para la elección entre una cosa u otra es similar al debate entre si debe existir o no la pena de muerte. Pues bien, la cadena perpetua podría ser una solución.
Siguiendo el mismo razonamiento, la decisión de la elección entre teleología o deontología sería la consecución de ese término medio. No basta con valerse de cualquier medio para conseguir un fin (por muy justo que consideremos este fin), pero tampoco podemos permitir que se cometan injusticias sin mover un dedo. Al igual que el médico puede considerar el aborto “positivo” dependiendo de las circunstancias, en mi opinión, hay acciones que pueden quedar justificadas dependiendo del fin a conseguir. Ahora bien, siempre van a existir unos principios morales que nos guíen para la elección de los medios a utilizar en la tarea de alcanzar nuestros objetivos.