sábado, 24 de noviembre de 2007

Las consecuencias del ¿Por qué no te callas?
La jornada de clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana fue el inicio de una crisis entre España y Venezuela. Han sido las tensiones ideológicas alimentadas desde hace años por el principal foco populista de América Latina, el liderado por Hugo Chávez, lo que ha desencadenado la disputa entre los dos países, también secundado por otros que se encuentran bajo el embrujo de la Venezuela bolivariana de Chávez. En esa jornada de clausura, el Rey Don Juan Carlos, una de las figuras más respetadas en la comunidad latinoamericana, se enfrentó al presidente “electo democráticamente” de Venezuela. Y tras él lo hizo nuestro Presidente del Gobierno, quien exigió al mandatario respeto a España y a quien años atrás gobernó nuestro país, José Mª Aznar (que más tarde ha agradecido a Zapatero el gesto).
Todos los medios de comunicación, españoles, iberoamericanos, y de todo el mundo, recogieron con amplia cobertura el “Pero, ¿por qué no te callas?” de nuestro monarca, así como las reacciones que la disputa ha suscitado en todos los rincones del mundo. El malestar de don Juan Carlos y la falta de respeto hacia Aznar, y con ello a España, junto al cinismo, el no saber escuchar y la bravuconería de Hugo Chávez, hicieron saltar de su asiento al monarca, que se marchó de la sala momentos después. Después le llegó el turno a Zapatero, quien puso a Chávez en su lugar, alegando que no iba a tolerar ninguna falta de respeto hacia su antecesor Aznar, ni hacia el pueblo español.
Ha pasado una semana, las reacciones han sido dispares, y la situación de crisis entre ambos países parecía ir cuesta arriba. Las declaraciones del presidente venezolano tras el altercado dejan mucho que desear, pues aunque no quiere “que esto se siga agravando, el Rey o el gobierno de España deben, de alguna manera, reconocer que fueron ellos los que fallaron”. Es decir, las relaciones entre ambos países deben seguir, pero alguien debe pedir disculpas al Señor Chávez.
Por otro lado, don Juan Carlos está seguro de lo que hizo porque se estaba atacando a España y ellos estaban allí en representación de todos los españoles, con lo que, aunque algunos vean “fuera de protocolo” su actitud, lo hizo en defensa de todos nosotros.
Al margen de las reacciones de los protagonistas del altercado, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha hecho las declaraciones necesarias respecto al incidente. Representantes del Partido Popular han pedido al Gobierno un gesto de firmeza, es decir, la llamada del Embajador español en Caracas, algo que Moratinos considera innecesario, pues la llamada de un embajador a consultas “es lo último de lo último” y con respecto a Hugo Chávez, añadió, “Me costará mucho hacerlo, aguantaré todo lo necesario”.
Tras una semana de incertidumbre, sin conocer a donde iban a ir a parar las relaciones entre España y Venezuela, parece que las aguas vuelven a su cauce. Si bien es cierto que ha habido declaraciones con un cariz fuerte, también lo es que en cierta manera, se ha intentado que todo quede en eso, declaraciones.
Al parecer la crisis está menguando, y los intereses económicos parecen ser mucho más importantes que cualquier enfrentamiento entre el Rey de España y el Presidente venezolano.

3 comentarios:

José Del Pozo Cruz dijo...

Este post se merece mínimo que te invite a una copita en Riviera Maya...jajaja. Es más, hoy estoy generoso y tiro la casa por la ventana...Te invito a cenar a cualqiera de los restaurantes del Palladium
Que me dices?

Ezequiel García dijo...

Yo m uno a la invitación de Pepe... pero yo paso mejor a los postres! jejeje Su tocinito de cielo o su caipirinha. Un beso Tereti.

Teresa Guerrero Martínez dijo...

Acepto, como no!! además yoo también invito a lo que queráis!!! jajajaja.Besitos a los 2!!